domingo, diciembre 05, 2010

Y decirte alguna estupidez, por ejemplo, TE QUIERO

Antonio del Real, 2000

[...] En una de estas visitas a ese infierno de vidrio encontré un día, en los alrededores de Torre Picasso, a un viejo que lloraba desconsoladamente. Por lo visto, tenía que entrar en ese edificio, pero no veía el modo de hacerlo. La Torre Picasso es, además del símbolo del capitalismo vidrioso en el que nos hemos instalado, un cubo de piedra blanca o de cemento que posee una simetria atroz. Si una noche le dieran la vuelta y la colocaran del revés, nadie al día siguiente advertiría el cambio, ni siquiera los que trabajan en su interior, pues una vez que estuve allí me dio la impresión de que todo el mundo andaba de cabeza. Las paredes de los ascensores, para que el lector se haga una idea, son de mármol, como las de los mausoleos. Un horror. Un sueño. O quizá una fantasía cinematográfica de última hora. Sus dueños dicen que es muy rentable. [...]
Madrid, espacio mítico. JUAN JOSÉ MILLÁS.
EL PASEANTE. Revista interdisciplinar. Nºs 18-19 - 1991- pgs 130-135