[...] El cruce entre las geodésicas de Fuller y las anticlásticas de Otto, la tupida red del Aviators y sus tetraedros; todo ello, en simbiosis con el vidrio, parece que concluyera en esta exacerbación de lo discreto y lo etéreo.
¿Debía haber sido mayor o menor el tamaño de la pirámide en ese lugar?
¿Ocupa su vértice el lugar oportuno en el devenir de la historia?
¿Por donde se entra a una pirámide?
Bien parecen cuestiones enigmáticas de difícil contestación, que se esconden tras del arquetipo, por más que se quiera diluir su potente forma.
PIRAMIDE DEL LOUVRE
París, 1986-89 Ieo Ming Pei
ESPIRITU NUEVO 02 - INVIERNO 1995
ACERO Y CRISTAL pgs 176-179