THE UNISPHERE
Flushing
Meadows - Corona Park, Borough of Queens.
Constructed
1963-1964
Gilmore D.
Clarke, Landscape Architect
United States Steel Company, Engineering and
Fabrication
Uno de los
pabellones más impactantes fue el de IBM, proyectado por Eero Saarinen, que
consistía en un volumen ovoide con el logo corporativo repetido en relieve
sobre su piel a modo de fractal, montado sobre una estructura de acero que
remedaba a un bosque de árboles. Blanco, etéreo y liviano, pretendía reflejar
la inmaterialidad del futuro digital que apenas despuntaba; y en su interior,
sobre pantallas múltiples, se exhibía una muestra multimedia creada por
los infaltables Charles y Ray Eames.
Entre los
participantes internacionales, tuvo críticas favorables el pabellón de Japón
creado por Kunio Maekawa, pionero de la arquitectura moderna en su país, con
sus fachadas de piedra que remedaban una formación natural. Pero el que ganó el
premio a la mejor arquitectura extranjera de la Feria fue el de España, sobrio
por fuera en medio del caos de estímulos visuales, con su fachada austera
modular e interiores exuberantes, proyectado por Javier Carvajal. En él se
exhibieron algunos cuadros del Museo del Prado y actuó el bailarín flamenco
Antonio Gades.
Las crónicas
que llegan hoy desde Estados Unidos, a propósito del medio siglo cumplido, se
focalizan en los restos aún visibles en el Corona Park. Como el Unisphere, un
globo terráqueo hueco y calado de 42 metros de altura, creación del arquitecto
Gilmore Clarke y fabricado en acero inoxidable, que hasta hoy es el símbolo de
Queens; el Salón de las Ciencias de Wallace, convertido en museo público de
arte, y el pabellón de Philip Johnson, que se convirtió en pista de patinaje
para luego caer en un estado calamitoso de abandono, del que lo rescató la
exitosa película “Hombres de Negro”, de 1997, y recientemente fue declarado
patrimonio histórico de Estados Unidos.
CIUTAT DE LES ARTS Y DE LES CIENCIES
MUSEO DE LAS CIENCIAS PRÍNCIPE FELIPE
Avenida Autopista del Saler, 1
Valencia
Arquitecto: Santiago Calatrava
http://www.eamesoffice.com/the-work/think/
https://youtu.be/48d7zXYvGZU
Arquitecto: Santiago Calatrava
Pero, entiéndanme, no hablo de
títulos. Calatrava no es arquitecto aunque tenga el título, aunque tuviera 2,
aunque lo tuviera por Harvard (Harvard, ¿es buena Escuela?), aunque tenga,
realmente, todos los que quiera. No es arquitecto como tantos que también
tienen el título, pero que no lo son, en realidad, pues no llegan a saber hacer
arquitectura, ni con interés, y ni siquiera con corrección. Su mentalidad es la
de un ingeniero. Y los ingenieros no entienden la disciplina arquitectónica,
conceptual y precisa, funcional y constructiva, y tantas veces austera y
plásticamente limitada, hecha de composiciones contenidas y refinadas, pero
casi siempre sin espectacularidad ninguna. Cuando los ingenieros pretenden
hacer arquitectura la confunden con algo simplemente plástico, con algo próximo
a la escultura, arte que pasan a practicar, supuestamente, y sin
mediación alguna, a despecho de la escala, y aprovechando la expresividad
que se le puede dar a la estructura resistente, aunque esta expresividad
pudiera estar fuera de lugar, como tantas veces lo está. Y así los
ingenieros-escultores, como Calatrava, muy pocas veces aciertan en sus
exacerbaciones plásticas. Casi siempre llegan a la cursilería y a la forma sin
sentido, a la arbitrariedad sin interés, al formalismo vacío.
Al ver los edificios de Calatrava (ya incluso llamarles edificios es mucho decir) todo esto resulta bien claro, no sabe hacerlos. El Museo de la ciencia de Valencia es de una gran torpeza, una equivocada disposición lineal a la que no sabe encontrar el buen remate por sus extremos, y que tiene una luz libre interior muy grande que, naturalmente, no sirve para nada, pues el edificio y su uso no necesitan la diafanidad. Brilla en él, como si fueran oropeles, una estructura supuestamente "orgánica", al servicio de cuya plasticidad, ni siquiera conseguida, todo se ha subordinado.
Al ver los edificios de Calatrava (ya incluso llamarles edificios es mucho decir) todo esto resulta bien claro, no sabe hacerlos. El Museo de la ciencia de Valencia es de una gran torpeza, una equivocada disposición lineal a la que no sabe encontrar el buen remate por sus extremos, y que tiene una luz libre interior muy grande que, naturalmente, no sirve para nada, pues el edificio y su uso no necesitan la diafanidad. Brilla en él, como si fueran oropeles, una estructura supuestamente "orgánica", al servicio de cuya plasticidad, ni siquiera conseguida, todo se ha subordinado.
Notas de Antón Capitel
JUEVES, 13 DE DICIEMBRE DE 2012
http://acapitel.blogspot.com.es/2012/12/calatrava-no-es-arquitecto.htmlhttp://www.eamesoffice.com/the-work/think/
https://youtu.be/48d7zXYvGZU
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